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EL MUSEO

EDUCA

        En Rizoma somos conscientes de que un museo estatal ha de estar ante todo al servicio del ciudadano. Es por ello, que ha de llevar a cabo no sólo labores de conservación, protección y divulgación del patrimonio o acervo, sino que también debe promover la creación e innovación en la dinamización y producción culturales. No obstante, creemos que los museos han de salir de la zona de confort en la que se han encontrado en el último siglo, coger un nuevo rol y actualizarse en sus políticas culturales. En el caso del Museo Nacional de Antropología, aunque no va mal encaminado, creemos que ha de llevar sus nuevas políticas un paso más allá. Si bien ha ido adquiriendo un carácter más social y antropológico actuales, creemos que también ha de considerar y enriquecer su fin divulgativo ponderando, actualizando y fortaleciendo más su actividad educativa. Esto, inevitablemente, implica una ampliación de miras en el enfoque de sus funciones y fines como museo estatal.

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        Como ya hemos mencionado, el MNA ha encontrado en su tarea divulgativa nuevos objetivos y motivaciones y nosotros las hemos ligado directamente con la dimensión educativa del museo. Porque, al fin y al cabo, divulgar implica educar. Cuando divulgamos facilitamos conocimiento, aportamos al desarrollo de las personas y sus capacidades, incluso, en muchas ocasiones, orientamos, dirigimos o encaminamos.

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        ¿Cuándo educamos en un museo? educamos cuando contamos una historia, construimos un discurso, constituimos una identidad visual (en el caso del MNA además institucional pública), educamos con una cartela, educamos guiando al visitante, diseñando un recorrido, programando actividades, ofreciendo un mapa...

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        Para nosotros queda atrás la asociación de educación con las aulas y la idea de cátedra. El museo, el teatro, el centro cultural han de considerarse educadores, y no meros conservadores del patrimonio, vitrinas expositivas o dispensadores de actividades de ocio. Para nosotros, la educación está en todo, hasta en el último detalle. Para nosotros, la educación es todo aquello que une y comunica a la institución con su público, ya sea dentro de los muros del museo como fuera, previo a la visita o posteriormente. Además, creemos en el valor añadido de realizar una visita o una actividad que consiga remover algo, que no desaparezca una vez se salga por la puerta, que implique reflexionar, cuestionar(se) y construir pensamiento crítico.

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        Desde este planteamiento, obviamente, el MNA necesitaría un Plan de Educación propio, que naciese desde su seno y al servicio de sus intereses específicos: atendiendo a la ciencia que le ocupa, sus contenidos, su filosofía, su economía y sus recursos concretos.

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  Nosotros, como paso previo a un plan educativo propiamente dicho, hemos identificado ciertas carencias en esta institución que planteamos solucionar mediante una serie de “medidas específicas o urgentes” y que, efectivamente, estarían orientadas a mejorar la labor educativa del MNA. Estos pasos iniciales se plantean a corto plazo, esperando unos resultados que pudiesen motivar a la institución para crear un plan educativo, que en ese caso, sí serviría a largo plazo.

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        Las mencionadas “medidas urgentes” que consideramos, no son sino una serie de propuestas diversas que creemos enriquecerían la calidad de los contenidos y mejorarían la experiencia del visitante, siempre desde la premisa de que “el museo educa”. Estas propuestas o medidas las hemos repartido en tres áreas de actuación:

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  • Área de Comunicación y Diseño [EL MUSEO COMUNICA]

  • Área de Mediación [EL MUSEO MEDIA]

  • Área de Programación [EL MUSEO ACCIONA]

EL MUSEO

MEDIA

EL MUSEO

COMUNICA

EL MUSEO

ACCIONA

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