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PASEO

DEL ARTE

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        Tal y como expresa nuestra propuesta, consideramos que la mejora del MNA tiene que estar ligada necesariamente a una propuesta educativa, y más en particular de educar en la diversidad. Este debe ser el espíritu de fondo de la nueva filosofía que el MNA empieza a proponer. Es un discurso que da especial atención a las nuevas generaciones y a la búsqueda de pensamiento crítico, reflexión y apertura al diálogo en una sociedad tan diversa como desigual.

 

        Para ello, es menester revisar cuáles son los principales parámetros que nuestra institución debería seguir, como guía de ruta, para sustentar una propuesta sólida y que esté atenta a los principales retos identificados (y por trabajar) en la agenda global actual. Así las cosas, creemos que es fundamental que el MNA dialogue directamente con los desafíos propuestos por las Naciones Unidas en cuanto a mejora de calidad de vida de las poblaciones, no sólo por conexión de intereses sino porque, en el fondo, esa interacción es la clave en la Antropología actual: dinámica, renovada.

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El PNUD

        El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) es un programa que busca trabajar en conjunto con naciones, gobiernos y ciudadanos para darle solución a los principales problemas del desarrollo humano a través de proyectos que promuevan diversas formas de mejora de la calidad de vida.

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        El PNUD tiene entre sus principales objetivos la búsqueda de una “educación de calidad” y de la “reducción de las desigualdades”, objetivos que se relacionan directamente con la propuesta del MNA. ¿Por qué? Porque el discurso actual del MNA busca una interacción dinámica con sus nuevos públicos, educando, concienciando, sensibilizando; a su vez, porque busca que el pensamiento crítico aflore, siendo conscientes de que una sociedad diversa implica jerarquías que deben ser equilibradas hacia una convivencia justa y necesaria entre los distintos actores sociales, sobre todo los más afectados históricamente (grupos feministas, inmigrantes, comunidades foráneas, etc.).

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        Cabe mencionar que España y las Naciones Unidas (a través de la UNESCO) ya vienen trabajando hace años, ambas partes comparten criterios y objetivos comunes, lo que facilita la alineación de sus esfuerzos. Como indica uno de los informes de AECID: “La diversidad cultural, el acceso a la cultura, la promoción de industrias culturales, la participación de las sociedades civiles locales en su desarrollo cultural, o la formación de recursos humanos, se incluyen así como ejes transversales comunes en los proyectos formulados y ejecutados por UNESCO con apoyo de la Cooperación Española”.

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        En ese sentido, consideramos que el MNA debe estar cercano a toda esta dinámica de cooperación y adaptar los objetivos del PNUD a su propia filosofía, en donde la educación y la diversidad brillan por sí mismas como ejes estructurales que puedan acortar brechas y que inviten al público al involucramiento y comprensión de la importancia de trabajar estos temas, tan actuales y tan presentes en la sociedad madrileña, con sentido de urgencia y reflexión.

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El MNA Y EL DIÁLOGO ACTUAL

        En el acápite respectivo al objetivo de “Educación de calidad” el PNUD dice:

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El objetivo de lograr una educación inclusiva y de calidad para todos se basa en la firme convicción de que la educación es uno de los motores más poderosos y probados para garantizar el desarrollo sostenible.

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        Asimismo, sobre la “Reducción de desigualdades” dice:

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Para frenar este aumento de las disparidades, es necesario adoptar políticas sólidas que empoderen el percentil inferior de la escala de ingresos y promuevan la inclusión económica de todos y todas, independientemente de su género, raza o etnia.

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        A partir de ello, vemos que ambas afirmaciones están estrechamente relacionadas con el MNA; por un lado, la propuesta educativa del museo debe ser inclusiva, aprovechar la variedad de públicos (en edades, intereses, grupos sociales o ideologías) para ser conscientes de que un museo que educa es un museo que dialoga con el público, que no se queda estático, sino que se vuelve dinámico. Se actualiza todo el tiempo. Por otro lado, la propuesta debe ser de calidad, con contenidos presentes en el tiempo, que no se agoten o se aíslen en un solo evento o visita, sino que queden grabados en la memoria del público, para que luego lo pueda trasmitir a más personas, generando una sostenibilidad del discurso.

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        Asimismo, el museo se convierte en elemento clave que se involucra con el tema de la desigualdad. La idea de abrir su espacio a públicos más diversos (con muestras flexibles que exploren diversas culturas y todo lo que ello conlleva) es, a priori, una forma de reducir las desigualdades a través del arte y la cultura. Mientras más personas de distintos grupos sociales se acerquen al museo, se generará mayor diálogo y entendimiento hacia el otro. Para ello se necesitan muestras de calidad, bien organizadas, que supongan el respeto y la tolerancia como ejes centrales de una institución que quiere ir más allá de sus paredes, generando impacto social y cambios estructurales en el pensamiento de quienes lo visitan.

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        Con todo lo antes mencionado, consideramos que el MNA representa una excelente oportunidad de oferta cultural que va más allá del arte clásico y moderno, claramente establecido y respetado con justa razón. Que el MNA ofrezca cultura y arte de manera dinámica, interactiva y actual, y que además refleje temas sustanciales para la sociedad (temas, como la diversidad, que se puede empezar a trabajar con niños y adolescentes) hace que se muestre como una institución sólida, coherente a su nueva filosofía y abierta a la adaptación y el trabajo en conjunto. En ese sentido, consideramos que el MNA debe ser tomado en cuenta como parte del Paseo del Prado, como componente importante como una oferta distinta, que conserva los cánones históricos del arte en sus paredes, pero que dialoga con varias culturas, tanto en el pasado como en lo actual, volviéndolo más rico.

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PROPUESTA DEL MNA COMO PATRIMONIO DE LA UNESCO

        El 2019 el Paseo del Prado y el Retiro presentarán su candidatura a la UNESCO para ser considerados “Paisajes de las Artes y las Ciencias", título que implica ser reconocidos como Patrimonio de la Humanidad.

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        Esta zona cuenta con 90 hectáreas, de las cuales el 75 % son zonas verdes. Esto incluye la ruta que va entre Cibeles y la Plaza de Atocha (ruta en donde se ubican el Museo del Prado, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y el Museo Thyssen-Bornemisza), además del Parque del Buen Retiro y el barrio de Jerónimos.

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        Precisamente es en la Plaza de Atocha donde está ubicado el Museo Nacional de Antropología, institución que a pesar de formar parte del Paseo del Prado, no tiene la presencia ni visibilidad que otras instituciones que comparten dicho espacio poseen.

A continuación presentamos las razones por las cuales el MNA debe recuperar el status y prestigio que tiene, para así ser reconocido como una institución no sólo parte del Paseo del Prado, sino como aquella única que tiene una oferta artística, cultural, educativa y de reflexión social.

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Históricas:

  • La idea de la creación del Paseo del Prado era conectar e integrar los espacios diversos de transición de la ciudad con El Retiro, a mediados del siglo XVIII. Dicha organización tenía límites bien marcados desde un inicio, uno de ellos era la glorieta de Atocha, lugar donde se encuentra actualmente el MNA.

  • Si bien el MNA fue inaugurado a finales del siglo XIX, es fundamental considerarlo como parte del Paseo no sólo porque es uno de los museos más antiguos de Madrid sino también porque es el primer museo dedicado a la antropología en el país, disciplina que dialoga constantemente con las artes y ciencias de poblaciones diversas (a propósito de la candidatura a la UNESCO).

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Culturales:

  • El edificio del MNA es catalogado como un Bien de Interés Cultural (BIC), lo cual implica ser parte del Patrimonio Histórico Español.

  • La propuesta del MNA implica la inclusión de todos y todas, un espacio de reflexión sobre la diversidad, la convivencia y la tolerancia. Para ello, las muestras (tanto la permanente como las temporales) utilizan herramientas provenientes del arte, costumbres y rituales de los pueblos, acaso la forma más importante de mostrar el patrimonio de las naciones, pilar clave dentro de las políticas de la UNESCO.

  • En el imaginario colectivo actual, el MNA no aparece como referente principal de la oferta cultural en la ciudad, incluirlo en el Paseo del Prado promovería que el prejuicio de invisibilidad se pierda más rápido y se consolide como una institución de paso obligado.

  • Las propuestas del MNA tienen una buena intención al fomentar las actividades educativas (talleres o eventos varios con niños, familias, etc.), consideramos que el tema de “educar en la diversidad” a través de la interacción constante entre el público y las muestras, es un plus en la oferta cultural que podría tener el Paseo del Prado y que, hasta ahora, no se muestra en su totalidad.

 

Mediáticas:

  • La creciente demanda de público al MNA es digna de mencionar: En 2017, el museo tuvo 81 790 visitantes. Cifra que arroja una mejora notable con respecto a la asistencia de personas el año anterior (73 627). Esto demuestra que, paulatinamente, el MNA atrae más gente y, sobre todo, públicos diversos provenientes de las artes, el ámbito académico, escolar, y de organizaciones culturales independientes.

  • Las propuestas del MNA en el último año, debido al cambio de directorio, muestran una apertura de discurso que busca acercarse a temas de realidad social actual; aquí es donde el público puede cuestionar, reflexionar y ser parte del diálogo, proceso fundamental que la antropología busca por definición.  

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Geográficas:

  • El MNA está al frente de la glorieta de Atocha y al lado del Ministerio de Agricultura, ambos son parte oficial del Paseo del Prado

 

        Con todo, la propuesta del MNA se relaciona directamente con la mirada y objetivos que tiene la UNESCO para con el desarrollo sostenible, la educación en la diversidad y la reivindicación social, invitando a la reflexión del conocimiento propio de nuestra cultura para dar el salto al conocimiento y respeto por otras culturas, por el otro.

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